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¿Con cuál color te identificas?

Advertencia: probablemente si sigues leyendo se te despierte un amplio sentido del debate sobre las igualdades de género. Nuestra recomendación es que continúes. A partir de algún momento en la historia, los roles de género se han establecido en cada una de las ramas de la vida diaria, desde la doméstica hasta la culinaria. 

Si recuerdas el artículo que compartimos hace poco sobre el debut del Vaticano en la Bienal de Arquitectura, comprenderás cuán importante son estos eventos para acercarnos más al equilibrio entre lo orgánico y la transformación de lo natural.

En el mismo marco, el estudio de arquitectura chino Wutopia Lab recibió un interesante encargo para la Bienal de Arquitectura de Shenzhen: explorar los roles de género en torno a la vivienda y la comida.

¿Cómo imaginas que fue el resultado? Evidentemente una colorida intervención en dos construcciones tradicionales. En esta oportunidad, fue el barrio Dameisha Village el objetivo. Los arquitectos pintaron dos casas vecinas una de color rosa pastel con flores y otra de azul intenso con comida.

El concepto que se adjudicaron fue generar preguntas sobre los papeles adquiridos por ambos sexos en el hogar, en la cocina y cómo esto puede influir en hábitos alimenticios.

Wutopia llegó a las siguientes conclusiones:

Las cocinas públicas son ámbitos casi exclusivos de los hombres, mientras que las privadas y familiares son comúnmente pobladas por mujeres.

La vivienda masculina irradia supervivencia y competencia. Los colores predominantes son azules y verdes. En viviendas masculinas, la comida se manifiesta de manera más grotesca. Esta ilación la plasmaron con desmán, creando escenarios representativos. El recorrido básicamente inicia así:

  1. Entras a un espacio lleno de botellas de vino, jamones que cuelgan del techo, una imagen un poco grotesca y un gran estanque lleno de cervezas.
  2. En la siguiente sala se representan las tradiciones culinarias más masculinas como asar carne al fuego. En el centro de la sala, el único lugar para la meditación, un depósito blanco que está lleno de sal.
  3. La casa de “ellas” tiene como entrada un patio cubierto de sal de roca rosa, a juego con las paredes y techos de la construcción. Los grandes balcones se protegen de miradas a través de cortinas también rosas preservando la introversión femenina.
  4. El rosa no es el único indicio del ambiente femenino, una sala para el té de la tarde está dispuesta junto a una serie de habitaciones que exploran el universo de las distintas dietas desde la vegetariana a la dieta tónica y los arreglos florales.

Un recorrido lleno quizás de estigmas o clichés básicos que te hacen pensar.

¿Estás de acuerdo con el estudio de Wutopia?

 

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