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Amapola: naturaleza, arte y gastronomía

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A pocos kilómetros de la ciudad, rodeado de naturaleza y con una gran vista panorámica de Cuenca, se encuentra Amapola Bistró. Un espacio en el que convergen varias expresiones artísticas, una exquisita gastronomía local y que ofrece la posibilidad de celebrar eventos singulares. Esta propuesta fue ideada por la CEO y planner del lugar, Federica Vega, quien nos compartió el cautivador concepto que guarda este venue y restaurante.

Desde que era niña, imaginaba este sitio como escenario de grandes celebraciones, envuelto por el ambiente natural a su alrededor. Con esta inspiración y objetivos claros en mente, años más tarde, se especializó en planning y hoy en día ofrece máximas experiencias a través de sus eventos.

Este servicio que Amapola brinda se ha convertido en el motor que impulsa las instalaciones y permite al público honrar sus ceremonias sociales, encuentros y momentos especiales. Para ella, es conmovedor ser parte de una historia que marca un hito en la memoria de sus clientes. Con su sueño materializado, ahora ofrece este “pedazo de cielo” para el público.

Federica creció en la casa que ahora acoge el emprendimiento consolidado. Este lugar familiar lleva consigo el arte desde sus raíces, ya que aquí también se encuentra el taller de creación de su padre, el conocido diseñador, ceramista y paisajista Eduardo Vega.

Además, del servicio de eventos, la propuesta de Amapola busca proporcionar momentos de conexión con el entorno natural a través del arte, la gastronomía y el patrimonio cultural preexistente. Aquí, descubrirás platos estéticamente atractivos y con sabores de la región, mientras participas de distintas actividades culturales, como las noches de cerámica y vino, obras de teatro o conciertos.

Desde la entrada al bistró, se aprecia un gran mural diseñado por Federica y su padre, que representa una ceremonia bajo la luna en honor a la naturaleza. Para el equipo de Amapola, fomentar el vínculo entre el cliente con el alimento es vital. Cada elemento en este espacio ha sido meticulosamente pensado para expresar la conexión con la madre tierra y nutrir energéticamente a sus comensales.

La tradición y la investigación son las bases que sostienen la oferta gastronómica del restaurante. La CEO asegura que, al salir de su zona de confort y explorar la cultura de la región, siempre encuentra nuevas maneras de innovar sus platos. Un punto destacado es que los ingredientes son cultivados en su propia huerta orgánica, otorgándoles control total sobre el proceso de cultivo.

Incluso al adquirir productos externos, seleccionan cuidadosamente a distintos microagricultores que sigan procesos compatibles con su filosofía de respeto a la sabiduría de la tierra. Con este enfoque a su favor, el consumidor goza de una experiencia que va desde la huerta hasta la mesa.

Para lograr preparaciones atractivas, Federica y su equipo creativo diseñan propuestas conceptuales que incorporan una mezcla de ingredientes capaces de evocar recuerdos, lugares y sensaciones al probarlos. Además, se esfuerzan por garantizar que desde el emplatado hasta el montaje de las mesas, la cristalería y otros detalles formen parte de una composición artística.

Entre sus creaciones más recientes, encontrarás su destacada hamburguesa de autor inspirada en la tradición cuencana. La elaboración de este plato contiene un cincuenta por ciento de carne de cuy y el otro cincuenta por ciento de picaña, acompañados de puerros caramelizados, taxo trufado, pan de violeta de genciana morada, queso casero y pepas de amapola. De esta manera, lograron integrar ingredientes locales hasta ajustar su sabor a un punto de equilibrio adecuado para incluirlo en su menú.

Otra recomendación destacada de la carta es el coctel llamado Palo Santo, ideado para honrar las ceremonias chamánicas de Ecuador. Esta bebida está elaborada con ron macerado en hierbas ancestrales y ahumado en el mítico palo santo, también conocido como la madera sagrada.

Con certeza, la combinación de todas las propuestas de Amapola conforma una experiencia completa que alude al artista que todos llevamos dentro y a la creatividad. Además, la vista panorámica privilegiada de la ciudad sugiere una perspectiva desde los ojos de un turista que observa con curiosidad y encanto, como si estuviera contemplando un cuadro pictórico.

En el presente, el desafío que enfrentan, al igual que otros negocios del sector hostelero, es lograr que las personas disfruten con seguridad fuera de sus hogares, una tarea que sin duda debemos abordar como sociedad. Por otro lado, su principal motivación para seguir creciendo es que la competencia les impulsa a estar en constante innovación, lo cual es beneficioso para mantener la posición de la ciudad como una capital gastronómica donde se pueden encontrar propuestas atractivas como la de Amapola.

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