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Viñedos por el Mundo
Argentina, sur y después
El país de Storni, Borges, Cortázar, las Ocampo, Bioy Casares… nos recibe. La tierra de Gardel, de Sandro, Palito Ortega, Sosa, Gieco, del gran Charly, Aznar, Spinetta, Calamaro, Páez, Cerati… puede recorrerse con una biblioteca y un playlist tan personal como el que llevamos en esta aventura, con mate, con vino y Fernet.
En Buenos Aires… la imaginación
Buenos Aires, hay que decirlo más que una ciudad es ese punto mítico donde están todos los tiempos y lugares, pero ocupan “el mismo punto, sin superposición y sin transparencia”, un verdadero Aleph.
A la capital se puede ir tras la moda, las altas peluquerías, o la comida, tras el teatro, el cine, el humor desde Quino, Le Luthiers, Maitena, Liniers… se puede ir por la memoria, por las librerías, por las antigüedades, por la academia, y también por el futuro, el diseño, el arte contemporáneo, la arquitectura… ¡ah, y siempre por el fútbol!
El Jardín Escondido de Coppola
Empezamos por descansar en un hotel con el que habíamos soñado: El Jardín Escondido, porque cada uno puede darse sus caprichos y somos hinchas del cine del aclamado director Francis Ford Coppola. Aquí, Coppola durante dos años, pensó, escribió y plasmó una de sus películas llamada “Tetro”. Toda la decoración interior ha sido minuciosamente elegida por él y su esposa, es su espacio personal y sigue siendo su residencia cuando viene.
De entrada, hay una sensación increíble, la inmensa ciudad, su ruido, sus tantas imágenes desaparecen tras la puerta, es entrar a un remanso, la sensación es tan extraña como confortable.
Las áreas comunes son maravillosas, no necesita uno abrir la habitación para sentir que puede descargar todo peso. Los techos altos, la decoración campestre, las artesanías del norte de la Argentina… un perfume de madera y crítico… en medio tantas bellísimas plantas… tres niveles de jardín, una piscina.
Paul French Gallery
Nos recibe un extraño pasillo con rieles en el piso, rodeado de plantas con un carro… que vaya a saber qué historia se trae. Atravesamos el portal, con la curiosidad y la adrenalina seguimos, de frente un quiosco muffins, tortas, jugos, té y café (Decata), hacen que la surrealista experiencia nos haga un guiño.
No pudimos resistirnos a probar las exquisiteces… y como si fuera poco, la mismísima arquitecta María Consentino nos acompaña. Vinimos para ver los maravillosos objetos que aquí se venden de artesanos y artistas argentinos, estar ahí es dotar a cada cosa de su sentido.
A la izquierda un invernadero nos llama a entrar. Al interior del jardín (Annette) hay orquídeas por todos lados, un aroma de cardamomos, naranjas, canela, especias. Estamos en tienda de té (Tealsophy) un espacio que captura todos nuestros sentidos con su filosofía de oriente en el aire. Al fondo, hay un viejo galpón que sutilmente deja ver un mundo inimaginable en el corazón de Palermo.
El galpón fue una fábrica de aceite de oliva -por eso los rieles y el carro de la entrada-. “Pablo Chiappori descubrió este lugar a través de una rendija, y visualizó, apenas con un guiño de su mirada, lo que sería el espacio espectacular al que luego de tres meses de obra dio vida”, nos confiesa María.
Lugares infaltables
Pese a lo personal de las elecciones hay lugares icónicos que conocer, en donde los más diversos viajeros nos encontramos, cinco de nuestros favoritos:
1. El barrio La Boca: la calle Caminito, llena de arte, tango, restaurantes y casas coloridas. El estadio oficial del Boca Junior «La Bombonera» y, por supuesto, el Museo del fútbol.
- Plaza de Mayo: muy cerca de la Casa Rosada, aquí se fundó por segunda vez la ciudad. Su nombre viene de la revolución 25 de Mayo de 1810 que dio paso a la independencia. Conocida también por la presencia de «Las Madres de Mayo», mujeres que desde la dictadura de Videla -1976-1983- piden justicia y buscando a sus nietos.
- Catedral Metropolitana: la iglesia católica de increíble arquitectura y su museo en honor al papa Francisco
- El Teatro Gran Rex y el Obelisco: creados por el gran Alberto Prebisch.
- Reserva ecológica: a pocos metros de Puerto Madero, área protegida con vistas hermosas al gran río de la Plata.
¡Y nos vamos para Mendoza!
Separada por más de once horas en auto o casi dos horas en avión, Mendoza es una ciudad a la que hay que visitar, pese a que Buenos Aires es una ciudad que no termina nunca, o quizá por ello, es necesario conocer la Argentina de ciudad intermedia, de otro ritmo y otras bellezas.
Además, Mendoza, es “La capital internacional del vino” y ocupa nuestro tiempo y emoción en sus viñedos a los que dedicamos un espacio especial en esta edición. Nos perdimos tampoco la oportunidad de aprovechar sus montañas, pues Mendoza hasta al pie del imponente Aconcagua es una oportunidad para el alpinismo y el senderismo, en la región se puede realizar raftink, kayak, parapente y en invierno puedes hacer aquí, su increíble naturaleza hace milagros por la mente y el cuerpo de los propios y los turistas.
Ya en la ciudad de Mendoza, paseamos por sus calles y visitamos el Museo de Arte Moderno, ubicado en las inmediaciones de la Plaza Independencia, conocimos sus increíbles hoteles y restaurantes, recomendamos especialmente “Siete Cocinas”
Mendoza es una ciudad mestiza. entre italiano, indígena y española, y más población que se ha ido sumando, por ser un polo importante para las industrias. De sus raíces italianas, migrantes después de la I y la II Guerra Mundial, quedó hay algo muy especial: los helados y por eso queremos compartirles un lugar único, que como saben los exigentes clientes argentinos, es toda una joya gastronómica: